Shwaikh, Jihad, Universidad de Birzeit
Lera, Maria-Jose, Universidad de Sevilla
Diciembre, 2004.
Aquí, en la falda de las colinas, ante el ocaso
y las fauces del tiempo,
junto a huertos de sombras arrancadas,
hacemos lo que hacen los prisioneros,
lo que hacen los desempleados:
alimentamos la esperanza1.
Aquí, en la falda de las colinas, ante el ocaso
y las fauces del tiempo,
junto a huertos de sombras arrancadas,
hacemos lo que hacen los prisioneros,
lo que hacen los desempleados:
alimentamos la esperanza1.
1. CONTEXTUALIZACIÓN.
1. 1. INTRODUCCIÓN.
La Oficina Central Palestina de Estadística (Palestinian Central Bureau of Statistics-PCBS) estima en 3,9 millones la población palestina de los Territorios Ocupados2. El 64% vive en Cisjordania, incluyendo Jerusalén, y 30% de ellos son refugiados. El 36% restante vive en Gaza, donde el 70% de ellos son refugiados. UNICEF describe la situación general de la siguiente manera:
Hay tres factores demográficos determinantes en los Territorios Ocupados palestinos. El primero es que más de la mitad de la población (53%) (...) son menores de 18 años (...). El segundo factor es el alto índice de natalidad, de 5,9 (…) El tercer factor es su gran crecimiento anual, del 3,6%.3
Esta elevada población infantil, unida a sus altos índices de crecimiento, hace que la educación sea una prioridad en Palestina. Desde 1994, en virtud de los acuerdos de Oslo, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tiene las competencias sobre la educación en Cisjordania y Gaza. Esto puede considerarse “un evento histórico (…) en términos de desarrollo político de la nación palestina, dado que por primera vez el pueblo palestino tiene la total responsabilidad sobre la educación de sus niños y niñas”4.
La educación en Palestina ha tenido muchos responsables “no-palestinos”, dada la sucesiva multi-ocupación a la que se ha visto históricamente sometida: al Imperio Otomano5 durante 400 años, al Mandato británico de 1917 a 1948, a la administración egipcia en la franja de Gaza y a la supervisión jordana en Cisjordania de 1948 a 1967, al control israelí en el resto de Palestina desde la constitución del Estado de Israel en 1948, y luego también en Gaza y Cisjordania tras la ocupación israelí a partir de 1967. Desde 1994 hasta la actualidad los palestinos tienen asignado el control sobre la educación en Gaza y Cisjordania, es decir, en los Territorios Ocupados (TTOO). Sin embargo, la ocupación israelí impide a menudo que este control se lleve a cabo.
La ocupación militar israelí ha utilizado diferentes medios para destruir la sociedad palestina en general, y el sistema educativo en particular, como parte de la represión ejercida contra la población de los TTOO. Este hecho fue claramente puesto de manifiesto a través de sus órdenes militares (por ejemplo, la orden 854/1980 en Cisjordania, o la 378/1970, la 538/1976, la 5740/1980 y la 5741/1980 en Gaza). Estas órdenes daban el poder al “Gobierno Militar” israelí, que cerraba arbitrariamente las instituciones educativas, imponía su educación, y/o impedía que las escuelas funcionasen sin su permiso6.
En 1987 comenzó la primera Intifada palestina, que se prolongó hasta 1994. Las autoridades israelíes impusieron numerosas medidas de castigo colectivo para forzar a la población palestina a detener su Intifada. El cierre repetitivo de las instituciones educativas fue uno de los precios más altos pagados por los palestinos7; por ejemplo, de diciembre de 1988 hasta noviembre de 1989, de los 210 días escolares contemplados en el calendario oficial (basado en 6 días por semana) el máximo número de días que las escuelas pudieron abrir fue de 85 8.
Durante la Guerra del Golfo, el 17 de enero de 1990 las autoridades israelíes impusieron un toque de queda de 24 horas en toda Gaza y Cisjordania; el toque de queda se extendió, durante días y semanas, hasta el 19 de febrero; y obviamente todas las escuelas estuvieron cerradas todo ese tiempo9.
En 1994, como resultado de los acuerdos de Oslo, se estableció el Ministerio de Educación Palestino. La herencia israelí era dura. Casi el 20% de las escuelas estaban organizadas en sistemas de dos turnos, y algunas de ellas en tres turnos, con una media de 37 alumnos por aula. Los años transcurridos entre 1994 y 2000 han sido testigos de muchas mejoras cuantitativas: por ejemplo, se ha contratado a 14.031 nuevos profesores, se ha duplicado el número de bibliotecas escolares, y los laboratorios científicos se han incrementado en un 500%. Actualmente, el Ministerio de Educación tiene en marcha un plan para los próximos cinco años (2000-2005)10.
En septiembre del 2000 se inició la segunda y actual Intifada de al-Aqsa. Las estadísticas muestran la gravedad de la situación. Bajo los continuos ataques israelíes contra los civiles palestinos, las condiciones se han deteriorado muchísimo y la vida ha comenzado a ser terrible y peligrosa. No es sólo la educación la que se ha visto afectada, sino cada aspecto de la vida cotidiana en Palestina.
Cuatro años después, el 25 de septiembre de 2004, el balance es aterrador: 3.334 palestinos han sido asesinados por soldados, policías o colonos israelíes (62l eran menores de 17 años); más de 25.000 palestinos han sido heridos (10.000 de ellos también eran niños); 377 niños están detenidos; 78 niños han sido encerrados en sus hogares, bajo detención administrativa; 31 niños detenidos sufren enfermedades y el 80% de ellos han sufrido torturas; sólo en lo que va del año 2004 las fuerzas israelíes han tomado o destruido 298 escuelas palestinas, y 4 niños han recibido disparados en sus cabezas en escuelas de la ONU en Gaza11.
1. 2. EDUCANDO BAJO LA OCUPACIÓN.
Las fuerzas de ocupación israelíes han impuesto multitud de restricciones a los movimientos de los palestinos que viven en los TTOO. Las restricciones varían entre puestos de control, bloqueos de carreteras, barreras y vallas, montículos de arena y muros, trincheras y torres de observaciones. 703 puestos de control y barreras dividen Cisjordania –con una superficie de 6.000 km2- en 300 áreas cerradas y controladas por el ejército israelí, y la franja de Gaza –con 375 km2- la dividen en cuatro zonas. La organización “Save The Children” (Reino Unido y Suecia, 2002) describía así estas zonas cerradas y los efectos que ello causaba en la población:
El encerramiento o clausura tiene gran cantidad de efectos negativos en la educación. El enclaustramiento impide a la gente moverse. El tiempo de enseñanza ha quedado significativamente reducido, hay menos profesorado que pueda desplazarse a las escuelas, y estas duras condiciones hacen que muchas veces tengan que vivir fuera de la escuela en zonas habilitadas para ello. En los puestos de control y las barreras se produce un uso excesivo de la fuerza, y esta fuerza se ejerce cotidianamente contra grupos de escolares12.
Giacaman y sus colaboradores, en un estudio sobre el profesorado y los estudiantes del distrito de Ramallah publicado en 2002, analizaron en profundidad los negativos efectos de este encerramiento en el proceso académico y de aprendizaje:
Todas las escuelas informan del serio retroceso en los logros al final del año escolar, señalando los traumáticos sucesos en escuelas y hogares como la gran causa13.
Según el artículo 29 de la Convención de los Derechos del Niño, los menores tienen derecho a una educación de calidad que desarrolle su personalidad, su talento y sus habilidades, así como su conocimiento de su identidad cultural y de los derechos humanos, aspectos indispensables y necesarios para una vida futura responsable en una sociedad libre. Por ello, “Save the Children” explica que “la ocupación directa [israelí] impide una educación de calidad: las escuelas están saturadas y muchas veces sometidas a ataques militares”14.
En septiembre del 2004, Palestina contaba con un 1.000.000 de estudiantes y 41.155 profesores, repartidos por 2.006 escuelas dependientes de tres autoridades (del gobierno de la ANP, de la ONU, y privadas). El número medio de estudiantes por profesor era de 23,7 (22,6 en las del gobierno de la ANP, 33,9 en las de la ONU, y 14 en las privadas), y un espacio medio de 1,12 m2 por alumno. Había 242 escuelas que operaban en dos turnos, con aulas tan numerosas y días escolares tan escasos que podían presionar al profesorado a adoptar actitudes que reforzasen el estilo autoritario, más que actitudes que favorecieran el desarrollo de condiciones democráticas en la sociedad palestina15.
1. 3. ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO.
Como se ha descrito anteriormente, con la ocupación militar es difícil, o casi imposible, desarrollar un plan educativo adecuado en Palestina. Históricamente los palestinos han realizado muchas acciones para sobrevivir y superar los obstáculos a los que se enfrentaban. La Innovación Popular Educativa, creada en la primera Intifada (1987-1994), es un importante ejemplo. En el “Informe Especial desde Palestina” se dice:
Con toda Cisjordania cerrada repetidamente por las autoridades Israelíes, la educación también ha sido encarcelada. Los palestinos viven el encerramiento como un castigo colectivo que intenta presionar a toda la población para que se eche atrás en sus protestas. Los Comités Populares, en lugar de permitir que los estudiantes perdiesen todo un año educativo, han impartido clases en casas particulares; han animado a los estudiantes a reivindicar su derecho a la educación, y han organizado estructuras que proporcionan aprendizaje a los estudiantes, a pesar del veto puesto por Israel a la Educación Formal. Más tarde, la educación popular se ha extendido, incluyendo una campaña para erradicar el analfabetismo entre adultos, y actualmente se está diseñando el Currículo Educativo Palestino16.
La realización de las tareas escolares a pesar de que la casa haya sido destruida, el apoyo mutuo entre alumnado y profesorado para superar juntos estos momentos de máxima tensión y falta de libertades, las esperas para que se abran las vallas de control, o las protestas colectivas reclamando el Derecho a la Educación, son algunas de las estrategias utilizadas por la comunidad educativa para superar estas barreras.
Pero actualmente las barreras y puestos de control, no sólo continúan, sino que se han reforzado con la construcción de un inmenso Muro que rodeará toda Cisjordania, una reciente medida diseñada por las autoridades israelíes para encerrarlos aún más..
1. 4. LA GRAN BARRERA: EL MURO.
En abril del 2002, Israel comenzó a construir este Muro de “separación”, al que las autoridades israelíes consideran un muro de “seguridad”. El Muro llega a confiscar el 10% de Cisjordania. Este Muro de cemento tiene de 60 a 150 m. de anchura y de 8 a 12 m. de altura, y tendrá cuando finalice casi 750 kilómetros de recorrido. Con trincheras de alambre de púas, francotiradores y torres de vigilancia provistas de la más alta tecnología, el Muro de separación israelí se espera que sea tres veces más largo y el doble de alto que el Muro de la “vergüenza” de Berlín.
El trazado del Muro en Cisjordania no ha tenido en cuenta el acceso a las escuelas, ni las comunidades de vecinos, ni las tierras de los campesinos, ni las necesidades de ningún palestino o palestina. El Muro, construido en las proximidades de las escuelas, deja a estas comunidades, que viven bajo la ocupación, sin libertad para poder salir de sus ciudades y encarceladas.
Dicho Muro ha sido declarado ilegal por el Tribunal Internacional de la Haya el 9 de julio de 2004, por causar un “daño irreparable” a los palestinos, al “recluirles en zonas aisladas de sus terrenos de cultivo, hospitales, escuelas y universidades”17, pero Israel ha acelerado su construcción desoyendo por enésima vez las resoluciones de la comunidad internacional.
Desde toda Cisjordania se ve, se percibe y se vive la opresión de esa valla descomunal, que no se puede destruir y en la que no puedes esperar por si la abren. Este Muro afecta a muchas familias en su vida cotidiana, incluido el proceso educativo, impidiendo, por ejemplo, el acceso a las escuelas. Según los informes de la Oficina Central Palestina de Estadística, tiene efectos demoledores sobre la población palestina, y en especial sobre a educación:
El Muro afecta al 31% de la población, que está pensando en cambiar su lugar de residencia y salir de las localidades afectadas. El 80,7% de los propietarios que vivían al oeste del Muro han quedado separados de los servicios médicos; al 86% se les han confiscado sus tierras, que usaban para trabajos de agricultura; y [el Muro] afecta a las relaciones sociales del 90,7% de la población.
El 3,4% de los individuos abandona la educación por motivos de seguridad y por imposición, dada la expansión del Muro (no tienen acceso a las escuelas), y el 26% abandona por las pobres condiciones económicas en las que se encuentran. Los resultados señalan que el 81,5% de la población palestina en las localidades afectadas por el Muro tienen familiares que cursan Estudios Superiores; para poder acceder a Institutos y Universidades deben usar caminos casi intransitables, alternativos, que permiten sortear los bloqueos israelíes dando un rodeo. Al 81% se les ha impedido por la fuerza el acceso a la Universidad por motivos de enclaustramiento y cierre israelí18.
Ver la situación hoy, archivos de fotos que muestran la dura realidad de niños y niñas en el camino de sus escuelas
QALQILYA: UN CASO UNICO19.
Este mapa muestra la dramática situación de Qalqilya, que se ha convertido en una gran prisión (aún peor que la enorme prisión en la que viven todos los palestinos en los TTOO). El Muro rodeará a Qalqilya completamente, dejando una única entrada, controlada por dos puestos de control. La ciudad, un importante centro de comercio, quedará ahogada y aniquilada. Se espera que el Muro tenga un impacto devastador en al menos 210.000 palestinos, que viven en 67 pueblos del distrito de Qalqilya. Unas 11.700 personas de13 pueblos han quedado ya aprisionadas entre el Muro y la Línea Verde (separación entre Israel y Palestina establecida por la comunidad internacional en1967).
En Qalqilya el Muro está a escasos metros de las ventanas de una de las escuelas, lugar educativo, e impide el acceso a los estudiantes ¿Se puede educar con este encarcelamiento? ¿Qué dificultades tiene el profesorado? ¿Cómo afecta a la salud psicológica del alumnado? ¿Qué hacen alumnos y profesores para continuar, a pesar de todo? Son muchas de las preguntas que el conocimiento de esta situación nos ha suscitado.
Por todo ello, creemos importante realizar una investigación sobre la situación en Qalqilya, ciudad que está siendo especialmente afectada, con prioridad respecto a otras áreas que también lo serán en breve. El conocimiento profundo del impacto de este encarcelamiento en el desarrollo psicológico de la población y del modo en que se está abordando el problema desde la educación puede dar lugar a la propuesta de medidas que contribuyan a mejorar, en la medida de lo posible, el proceso educativo que tiene lugar en sus aulas.
La vivencia de situaciones traumáticas causa un gran impacto psicológico, y el desarrollo y bienestar psicológico de niños y niñas son un requisito básico para el adecuado progreso de una sociedad. La escuela necesita llevar a cabo medidas educativas que supongan ayuda significativa para el alumnado, que le faciliten integrar el proceso traumático al que se ve sometido. Los niños y las niñas necesitan disponer de estrategias que les permitan un adecuado afrontamiento del problema, y es la escuela el lugar más adecuado para enseñarlas.
Para determinar cuáles son las mejores estrategias, es necesario hacer un estudio en profundidad de cómo lo vive la población, cómo lo interpreta, qué recursos tiene, cómo lo afronta actualmente, y con qué posibilidades, etc…y ayudar a crear conjuntamente medidas creativas, constructivas y efectivas que permitan la mejora psicológica de la Comunidad Educativa.
Escuelas encarcelada, estudiantes prisioneros es el primer estudio de acercamiento a esta realidad que hemos realizado