DANIEL A. STRAGA
Corresponde decirlo con todas las letras: Israel nació como un estado racista, como impulso de las superpotencias capitalistas post segunda guerra para cumplir un rol en Oriente Próximo y como destino de conquistador.
La violación inmediata de la resolución 181 de la ONU de noviembre del 1947 que creaba un Estado palestino y otro judío dió pie a la guerra del 48 que, a su vez, significó la expulsión masiva de los árabes de sus aldeas, fue planificada y ejecutada por los líderes sionistas con el propósito de construir un Estado exclusivamente judío.
El lema de la empresa sionista era territorio y demografía. El territorio había que tomarlo y “cuantos menos árabes quedaran mejor” al decir de Ben Morris, historiador de la Naqda, el desastre palestino.
DANIEL A. STRAGA
Corresponde decirlo con todas las letras: Israel nació como un estado racista, como impulso de las superpotencias capitalistas post segunda guerra para cumplir un rol en Oriente Próximo y como destino de conquistador.
La violación inmediata de la resolución 181 de la ONU de noviembre del 1947 que creaba un Estado palestino y otro judío dió pie a la guerra del 48 que, a su vez, significó la expulsión masiva de los árabes de sus aldeas, fue planificada y ejecutada por los líderes sionistas con el propósito de construir un Estado exclusivamente judío.
El lema de la empresa sionista era territorio y demografía. El territorio había que tomarlo y “cuantos menos árabes quedaran mejor” al decir de Ben Morris, historiador de la Naqda, el desastre palestino.
El propio Ben Gurión aceptaba en aquellas épocas que “nosotros somos los agresores y ellos (por los árabes de Palestina) quienes se defienden”. “Solo la fuerza (militar) judía podía obligar a los árabes a consentir un Eretz Israel judío.”
Y hay que decirlo con mayor claridad aún, es una estafa ideológica ser atacado de antisemita por cuestionar las políticas de criminal de guerra de Israel.
Por si fuera poco, hay que exponer sin tapujos que Israel utilizó al Holocausto como la mejor herramienta para justificar las violaciones a los derechos humanos contra el pueblo palestino.
Con el argumento doloroso de los progroms y de los campos de concentración de la Alemania nazi como escudo, Israel ha obtenido y pretende que el mundo – hasta nuestros tiempos en que continua el genocidio palestino y está masacrando al Líbano- le justifique todos los crímenes de lesa humanidad que ha perpetrado desde su origen como país.
“Si contrapongo la catástrofe de cinco millones de judíos al traslado de un millón de árabes, entonces puedo afirmar con la conciencia tranquila que son permisibles acciones incluso más drásticas.” –afirmaba una miembro no sionista de la agencia judía[1] por aquellos años del nacimiento británico de Israel.
Es inmundo pensar que la gran mayoría de la nación israelí piensa con el rabino Ya´acov Perin que: «Un millón de árabes no valen la uña de un judío».
Aquel propósito por la demografía significaba congregar la mayor cantidad de inmigrantes judíos de la diáspora en el Estado judío con una minoría árabe que ni siquiera constituyeran ciudadanos de segunda.
Para ese Estado se requería un territorio, cuyas fronteras “serán el fruto de nuestras conquistas.”como decía Ben Gurión. Un territorio que estaría inspirado en el imperio de Salomón, en el mesiánico Eretz Israel.
Y que ha sido el mesianismo más fundamentalista, el que ha permitido implementar los asentamientos en el West Bank, porque como dice Simón Peres “los judíos tienen el derecho fundamental de asentarse donde sea”. Y con la política de hechos consumados confiscar la tierra a los palestinos y expulsarlos de su historia.
La mitología bíblica de la Samaria y Judea en la Cisjordania palestina fue la excusa expansionista que impuso la ocupación militar. Con el verso de una nueva interpretación del Maimónides del Mesías, Israel ocupó militarmente Palestina con el objeto manifiesto de aniquilar al pueblo palestino.
Colonias que se multiplican como hongos defendidas por la maquinaria militar, la construcción de un muro que además de anexar nuevo territorio, divide pueblos palestinos quedando el 16 % de la población palestina fuera de su país, más una red de carreteras aseguradas por alambradas electrificadas, la demolición de 13.000 casas, los check point controlados por soldados que según la cara del desafortunado puede pasar o te manda por otro lado, son alguna de las prácticas cotidianas del genocidio. A ello sumarse los homicidios selectivos del “marcado” por el Mossad y de sus allegados, la “caza del árabe” en los campos de la Palestina profunda, los más de 9.000 presos políticos, más los bombardeos constantes sobre Gaza que matan en una cifra nunca posible de calcular diariamente.
El Estado judío, con su autoproclamado designio histórico impuesto a base de métodos nazis, hoy más que nunca es el artífice de la estrategia imperialista.
Estados Unidos con sucesivas invasiones a Afganistán e Irak ha diseñado un nuevo mapa para Asia Menor. Necesita una retaguardia. Siria e Irán son “países del eje del mal”. Israel, el 5ª ejercito del mundo, puede cumplir un buen rol al Sr. Matanza de Washington.
Pero, a no equivocarse. Israel no le hará el trabajo sucio a Estados Unidos. La guerra en el Líbano puede ser la carta que Israel esperaba para su propio imperio. El Eretz Israel. Desde el Mar Mediterraneo hasta el Eufrates
DANIEL A. STRAGA
El compañero Stragá integró una comitiva internacionalista que participó entre el 4 y 16 de julio del 2006 de un viaje solidario a Palestina. Esta nota es un anticipo de un dossier sobre el tema del genocidio palestino a manos del Estado de Israel.