Justicia y paz: el fácil conflicto de Oriente Medio.

Lera, MJ (2006). Justicia y paz: el fácil conflicto de Oriente Medio. En www.psicoeducacion.eu. Universidad de Sevilla

Hay muchas personas que piensan que el Conflicto de Oriente Medio entre Israel y Palestina es complejo, difícil de entender, y por ello se abstienen de mantener una opinión al respecto. Nada más lejos de la realidad, cuánto más te acercas al conflicto más fácil es entenderlo; esta dificultad es otra estrategia más difundida en los medios de comunicación para mantener a la población “ausente” en su rol de espectadores, amparados en que es imposible hacer nada pues la situación es difícil de entender.

Lera, MJ (2006). Justicia y paz: el fácil conflicto de Oriente Medio. En www.psicoeducacion.eu. Universidad de Sevilla

Hay muchas personas que piensan que el Conflicto de Oriente Medio entre Israel y Palestina es complejo, difícil de entender, y por ello se abstienen de mantener una opinión al respecto. Nada más lejos de la realidad, cuánto más te acercas al conflicto más fácil es entenderlo; esta dificultad es otra estrategia más difundida en los medios de comunicación para mantener a la población “ausente” en su rol de espectadores, amparados en que es imposible hacer nada pues la situación es difícil de entender.

El conflicto de Oriente Medio, más representado por la crisis Israelí-Palestina se puede
entender desde el modelo de la violencia, modelo teórico compartido por toda la
literatura del bullying, y la violencia en general. El bullying escolar es definido como ataques repetitivos e intencionales, realizados y planificados por compañeros y compañeras (es decir, roles de iguales) con toda la intención de dañar a la considerada victima. Esta agresión es tan repetitiva que entre el agresor y la victima se inicia un abismo, una diferencia que les impide ser percibidos como iguales1. Es entonces cuando se inicia un proceso de victimización acompañado de síntomas como baja autoestima, pobre rendimiento escolar, inseguridad, etc… El agresor, si continua realizando estos actos, desarrollará una moralidad egocéntrica, y sus fines por lo tanto los prioritarios, utilizando para ello cualquier herramienta que esté a su mano (sea bélica o no).

Por otra parte, desde el modelo compartido para entender el fenómeno del bullying, hay consenso en asumir la existencia de un tercer elemento, los espectadores o ausentes, es
decir, todos los sabedores del problema de violencia, pero que no denuncian, sino que
guardan la ley del silencio, que autoriza al agresor y deja a la victima sin defensas. Estos
espectadores también se ven afectados por estas vivencias, y aprenden, ya en la escuela
la importancia de desarrollar mecanismos de desconexión moral que les permita
disponer de un desarrollo moral adecuado, al mismo tiempo que no hacer nada para
ayudar a quien es victimizado. Estos mecanismos2 son definidos y depurados, hasta
llegar a ser parte de nosotros mismos que no percibimos pero que nos acompañan en
nuestra vida diaria.

Este mismo esquema puede aplicarse a Oriente y Occidente3, y aún más concretamente
en las relaciones entre Israel y Palestina en los últimos 50 años. Si miramos hacia atrás
en la historia, no hacen falta mas de 10 minutos para comprender que Israel ocupa
militarmente a Palestina, con un ejército considerado el tercero del mundo y el primero
en tecnología, mientras que Palestina ni tiene ejército, y hasta hace un año no tenia ni
policías. ¿Quién comete la agresión?.

Las características de las agresiones para ser consideradas violentas deben incorporar
dos importantes características, ser intencionales y ser repetitivas. 50 años de ataques
diarios, con la intención explicita de destruir a los palestinos, no tiene mucha discusión.
Es decir, desde los años 40 el pueblo palestino ha sido agredido repetitiva e
intencionalmente, y continua en la actualidad, de manera que su rival al no tener ni
ejército ni manera de defenderse sufre las consecuencias, convirtiéndose en un pueblo
victimizado por el ejercito israelí4.

El resto de la comunidad internacional se ha dividido entre defensores y ausentes, pero
en ningún caso se han pronunciado contra el agresor, no ha habido un reconocimiento
explicito de la violencia desmesurada a la que el pueblo palestino se ve sometido
diariamente. Las ayudas que han recibido ha sido sobre todo económicas, y humanitarias. En el momento actual la victima parece que ha optado por defenderse a si misma, y sería lógico desde un punto de vista psicológico, que exija ser respetada y solicitar que si alguien le quiere ayudar debe describir objetivamente la situación, y denominar los actores implicados en este episodio de la historia, con los roles que están jugando, los agresores son los que ganan y perpetúan su agresión, las victimas las que pierden permanentemente.

Solo con un reconocimiento de la situación de violencia, con los roles asignados, y
huyendo de eufemismos que terminan ocultando el significado de los mismos, y
exigiendo el cumplimiento de las resoluciones de la ONU, podríamos mostrar ayuda
psicológica al pueblo palestino. Es una oportunidad única para que Europa defina su
comportamiento neurótico y difícil de explicar, por un lado construyendo Palestina, y
por otra financiando indirectamente los tanques que la destruyen. Esta contradicción
está llegando a su fin.

De la misma manera que se reconoce sin lugar a dudas el holocausto judío, con la
misma justicia se debería reconocer la victimización y asesinato al que el pueblo árabe
está siendo sometido, y especialmente el pueblo palestino. Y esta incursión en Gaza en Julio de 2006, tiene todas las características del “holocausto palestino”, llevado a cabo por las mismas víctimas del holocausto anterior, algo difícil de entender, pero que es una realidad que está ocurriendo.

De la misma manera que se respeta al pueblo judío y se ayuda a la reconstrucción de la
memoria histórica y a sus víctimas, de la misma manera el pueblo palestino necesita
ayuda inmediata, recuperar su memoria, y sus tierras, y sus vidas. Y en estos momentos
se exigen igualdad de condiciones: reconocimiento de ambos estados, y desarme de
ambos bandos. Sólo desde la igualdad se puede llegar a una solución al conflicto.

Cualquier llamada a la calma exige un gesto, exige una acción, y esta es necesariamente
el reconocimiento, con todas sus consecuencias, de la violencia que diariamente
acomete Israel contra el pueblo palestino, …. Es necesario pedir perdón,
reconocer la agresión, y reparar las pérdidas para ayudar a la recuperación psicológica
de las personas que están sufriendo tanto, y durante tanto tiempo.

La justicia no se consigue pidiendo a ambos bandos paz, especialmente cuando uno secuestra a un soldado, mientras el otro secuestra a miles de ciudadanos, políticos, ministros, y destruye la sede del Primer Ministro. ¿Que pasaría si Palestina atacara la sede de Olmert?, ¿o si sobrevolara la Casablanca con F16 por la ayuda que EEUU le presta a Israel?, sólo leyendo entre los eufemismos de la prensa se puede percibir la verdad, pero no es tan difícil. Sólo cambien los nombres, jueguen con las noticias, y pensad que es al revés, el juego merece la pena.

Más información en www.psicoeducacion.eu

Dra. Maria Jose Lera
Profesora Titular Universidad de Sevilla
Psicología Evolutiva y de la Educación
1 Ortega, R. (1998). La convivencia escolar. Qué es y como abordarla. Sevilla, Junta de
Andalucía.
2 Bandura, A., C. Barbaranelli, et al. (1996). “Mechanisms of moral disengagement in the
exercise of moral agency.” Journal of Personality and Social Psychology 71(2): 364-374.
3 Lera, M.-J. (2005). “Les contes comme prevention de la violence scolaire.” Les Politiques
Sociales 1 & 2: 78-87.
4 Lera, M.-J., K. Shakhshir, et al. (2005). Escuelas encarceladas, estudiantes prisioneros.
Qalquilya un caso unico. IV Jornadas de Desarrollo humano y educación. Educar para el cambio: escenarios en el desarrollo humano, Alcala de Henares, Fundacion Infancia y Aprendizaje.

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